La esencia del profesional

El éxito de una empresa ha sido siempre directamente proporcional a la abundancia de ventas, e inversamente proporcional a la disminución de estas.

 La venta ha sido y será la profesión del crecimiento y del desarrollo de la economía.

La propaganda bien extendida de un título universitario que abriese puertas, o aquello de la necesidad de una dilatada experiencia se convertían en la gran paradoja, pues para desenvolverse en el mundo de las ventas no se necesitaban ninguno de los dos requisitos …nadie te “sellaba“ o verificaba tú formación para un universo tan hostil …y la experiencia había que demostrarla antes de experimentarla.

Al hombre no le resultaba difícil conseguir un empleo para vender lo que fuera y donde fuera. Al fin y al cabo, cuando llegábamos al final de la búsqueda de todas las posibilidades de encontrar otro empleo, siempre se optaba por esa “cualidad personal” para vender cualquier cosa, ya que era la última opción cuando considerabas que no tenías ninguna cualidad por la que alguien pudiera contratarte para hacer alguna otra cosa.

El aprendizaje de habilidades y técnicas comerciales se convertía pues en el intento de atajo de un largo camino que nos permitiese abrirnos hueco en dicho territorio.

La venta se abarrotaba de personas en busca del recoveco hacia la profesionalidad.

Y lo cierto es que este escaparate no ha cambiado mucho en estos 20 años de experiencia comercial. Es más, en esta época de profunda crisis económica, hemos visto cómo se ha ido reduciendo el número de personas que producen y aumentado el número de personas que venden.

Un cambio de época. La tecnología ha transformado la manera de relacionarnos. El tiempo y el espacio han cambiado de dimensión, modificando a pasos agigantados el modus operandi de las personas frente a la compra con ayuda de la máquina.

Pero los vendedores, que están obligados a conocer el manejo de dichas máquinas, siguen siendo descendientes de la misma fiebre endémica…

La profesionalidad ha sido manida por procesos mecanizados y robotizados convirtiéndose en una caricatura de acciones lobomotizadas destinadas a la consecución de resultados en los que la verdadera personalidad se abandona desde las 09.00 de la mañana hasta el final de la jornada.


El día amanece por donde siempre; el sol alumbra la misma realidad, pero la sensación es que lo hace con un color más atenuado, como el de una fotografía que con el paso del tiempo se ha degradado dejando la imagen en un recuerdo arcaico que parece ya no formar parte de lo que fuimos.
Nos estamos convirtiendo en seres extintos.

… pero un hombre camina a lo lejos, con paso firme. Su manera de actuar rompe el estereotipo, la creencia, el parámetro establecido, tambaleando, sin esfuerzo, los pilares sobre los que se ha venido sustentando nuestra visión del mundo, dando un nuevo sentido al arte de tratar a los clientes … al ser humano.

Este hombre convierte la venta en una experiencia memorable. La relevancia de su persona atrae como un imán las miradas de los que no pueden dejar de sentir el magnetismo de lo que su esencia transmite.

…y tan solo utiliza su mente en llevar a cabo el susurro de su alma.


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Autor: Danielo Bagárñez

Acariciador De Neuronas, Formador De Conciencias, Agitador De Mentes...Y Humilde Rescatador De Almas... Talento pedagógico en el arte de romper estereotipos, paradigmas y creencias que limitan las capacidades extraordinarias del ser humano, a través del viaje de descubrimiento de la verdadera originalidad del SER.

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