La elección de Fausto

Todo el mundo tiene la capacidad de establecer las leyes de su existencia por sí mismo, solo tiene que despertar y volverse consciente de lo que pasa a su alrededor.


Dile a un hombre de qué es capaz y generarás en él la necesidad de querer hacer realidad el poder que subyace en su interior. Porque nadie puede dudar de la eficacia potenciadora de estas palabras.


Es paradójico, cuando estamos en crisis siempre recurrimos a nuestro interior, ese espacio latente que espera ser despertado del letargo al que hemos sido sometidos desde que pasamos a formar parte de la estructura bien organizada que nos “protege” y nos da “seguridad”, y todo a cambio de doblegar nuestra voluntad a los requerimientos del dador de esta falsa seguridad y protección. Es una retroalimentación bien estructurada: << yo te ofrezco seguridad y protección, tú, a cambio, me das tu voluntad>>. << Haz lo que yo te diga y no tendrás problemas. Vivirás tranquilo>>.

 
Hemos cedido, hemos optado por integrar esta propaganda en nuestro día a día y sin embargo seguimos estando intranquilos. ¿Qué estamos haciendo mal?


¿Por qué cuando nos invade una situación que no podemos controlar renunciamos a la propaganda y recurrimos a nuestro interior?, quizá sea porque, al fondo, todos sabemos que la verdadera esencia de la libertad se encuentra dentro de nosotros.


El fin primordial de un hombre es el de controlar su propia vida, y para esto hemos creído necesario vender nuestra alma. Y sólo en el momento en el que nos desprendemos de algo es cuando nos damos cuenta del verdadero valor de aquello a lo que hemos renunciado. Tal es la naturaleza humana.


Yo te digo: <<¡Recupera tu consciencia!>>

Fausto firmó un contrato con sangre -el diablo sabía que su palabra como hombre no tenía validez- para recuperar la esencia de la juventud. Fausto fue anestesiado con los estímulos externos, y el diablo le ofreció lo que era gratis.


La vida de cada uno de nosotros está llena de posibilidades, y todas dependen de nosotros, y todas son gratis. Lo único que se requiere es la capacidad de elegir. La cuestión no es si la tienes o no, porque la tienes desde el día en el que naciste, la cuestión es:<< ¿Te atreves a elegir?>>


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Autor: Danielo Bagárñez

Acariciador De Neuronas, Formador De Conciencias, Agitador De Mentes...Y Humilde Rescatador De Almas... Talento pedagógico en el arte de romper estereotipos, paradigmas y creencias que limitan las capacidades extraordinarias del ser humano, a través del viaje de descubrimiento de la verdadera originalidad del SER.

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