Sabbath

El anciano llamó a todos los congregados para darles el último adiós. Había pasado toda su vida sin salir de la ciudad. Su mundo, su entorno, se habían condensado en el espacio breve que ocupa una molécula en un mar de posibilidades. Postrado en la cama, miró fijamente a todos los que lo observaban con nostalgia, como impertinentes espectadores frente al acontecimiento previsto. No podía hablar. Lloró y en su última lágrima se dibujó el recorrido de lo fútil e imperecedero del tiempo perdido. No se despidió. Cerró los ojos y se dejó llevar, sin miedo. Ya nunca más tendría miedo…

A lo largo de mi vida siempre he aceptado las limitaciones de mis sentidos, los he considerado como un hecho, y mañana, tarde y noche las he alimentado con mi aceptación. Siempre preocupado del «cómo sería si»…
Me he pasado todos los instantes gobernado por mi cuerpo, el cual fagocitó sin previo aviso, mi mente dispersa, convirtiéndola en la fiel y servidora esclava de sus más mundanas lujurias…Morí a edad muy temprana…y seré enterrado, el día de mañana, como un muñeco inerte de huesos y podredumbre.
Nunca fui valiente. No pude serlo. El miedo y la preocupación ocuparon el lugar destinado a los sueños.
Insertado en mi funda de piel he caminado con el rumbo del que va sin rumbo, por un camino que ni siquiera elegí. No tuve opción. No pude tenerla.
Nunca tuve un momento de descanso.- ¿ Descansar para qué, si todo estaba por venir?
No reclames un sitio donde se te ofreció asiento y preferiste seguir caminando.
Si volviera a empezar, anularía de mi mente toda la basura estereotipada que transformó todas y cada una de mis posibilidades en una estampa degradada de la virtud de la obediencia.
La velocidad, siempre la velocidad… ¿Para qué ir tan rápido?…para llegar antes… ¿ A dónde?

El Sabbath es el día de reposo, en el que no hay trabajo. Cuando no estás preocupado con la opinión de los demás, cuando caminas como si tú fueras, sin tener en cuenta cómo caminan los demás.
Deberíamos frenar. Descansar. Vaciar y pensar.

En un sentido místico el Sabbath es quietud. Cuando estás despreocupado, cuando no estás ansioso, cuando no estás buscando resultados, sabiendo, a ciencia cierta que las señales siguen y no preceden.
¡Descansa! Todavía hay instantes. Elige de nuevo el tuyo. ¡Descansa, es Sabbath!

Autor: Danielo Bagárñez

Acariciador De Neuronas, Formador De Conciencias, Agitador De Mentes...Y Humilde Rescatador De Almas... Talento pedagógico en el arte de romper estereotipos, paradigmas y creencias que limitan las capacidades extraordinarias del ser humano, a través del viaje de descubrimiento de la verdadera originalidad del SER.

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