Conociendo a mi parte creativa

Hace cientos de años, un hombre se atrevió a colocar al sol en el centro del sistema solar. Dijo: «no es el sol lo que se mueve, es la tierra la que gira alrededor del sol». La gente quedó escandalizada- cómo podía este hombre negar la naturaleza misma de la realidad que estaban percibiendo. El mundo veía todos los días cómo el sol salía por el Este, moviéndose lentamente hacia el Oeste.

El hombre era y es presa de sus sentidos. La realidad la conforman sus propias percepciones. Y hoy, después de los estudios y avances que demostraron dicho movimiento, aceptamos este hecho como una realidad. Es uno de los primeros atisbos de cómo la verdad no tiene que ver con la realidad.
Aquel hombre estuvo a punto de morir. Es otro de los atisbos de que el sistema te protege contra ti mismo.
Vivimos esclavos de nuestros sentidos. Nuestro mundo externo, nuestras circunstancias, marcan la pauta de nuestro caminar. De nuestro reaccionar. Nos hemos convertido a golpe de mente torpe, en unos seres reactivos. Se nos ha educado para ser perfectos, y no nos hemos dado cuenta de que es en la búsqueda donde está la perdición. Pues ya somos seres perfectos. La única manera de ser lo que buscamos es abandonando la propia búsqueda.
Se nos ha enseñado a pensar de una determinada manera. A actuar de una determinada forma. A caminar con un estilo determinado. Ningún sendero lleva a ningún sitio. No es hacia dónde caminas, es el cómo caminas lo que de verdad dará sentido a tu vida.
Hemos sido instruidos para ser analíticos, específicos, objetivos, realistas, humanos.

Se nos ha dado un arma potente: nuestro cerebro. El acceso a la realidad está monitoreada por el hemisferio izquierdo. Nos hemos centrado en el reflejo. Y como necios, no nos damos cuenta de que éste es producto de una imagen, la nuestra. Nos hemos centrado en la proyección. Pero hay que atender a la imagen misma.


Pero desde muy antiguo el hombre siempre ha tenido esa sed de búsqueda, que se ha atribuido a lo puramente espiritual. Todos los avances tecnológicos de hoy son producto de una mente imaginativa, pero el hombre ha prestado más atención a los atributos de esos avances que al hecho importante de cómo nacieron. Son estos mismos avances los que marcan la pauta de la velocidad en nuestras vidas. El tiempo mide nuestras circunstancias.


Hoy en día nadie puede poner fin a la deriva a la que el ser humano va encaminado. Ni los psicólogos, ni los psiquiatras, ni los encargados de la espiritualidad siquiera, ni nuestros padres- víctimas de la misma fiebre de la que adolecen sus hijos.

Es más, la educación y la crianza han sido obstáculos para la felicidad. Para una vida llena de sentido.
Y además, la verdad no puede aprenderse en los libros que hablan de lo que dicen otros libros.
Hacer se ha convertido en una función del cuerpo. El ser es una función del alma.
Para acceder a la verdad- no buscarla- sino acceder a ella, el hombre tiene que comprender que debe despertar. No abrir los ojos, sino cerrarlos. Soñar.


El alma es la llave para descubrir la verdad. Aquel campo de información inagotable que entretejida,. como una matriz, da a nuestra vida el verdadero sentido.


Y existe un camino. Un método que nos da la posibilidad de hacer que nuestra existencia se colme de bendiciones.


Explicarle al hombre este proceso debe hacerse a través de una cultura científica- el hombre necesita ver demostrada esta verdad.


¿Cuál es la meta de cualquier ser vivo? La de ser capaz de tomar decisiones sobre su vida.

Pero no es del todo posible, cuando el mundo a tu alrededor, se comporta de manera incontrolable e incluso hostil.

Es difícil cuando en lugar de vivir tu vida, la vida misma te sucede, así es como intentas mantener el mundo que te rodea bajo su control.


La única manera de llegar al alma es a través de tu cerebro, de tu hemisferio derecho.
Para MARCAR la verdadera diferencia en este mundo te comprometes con un proceso, no con un suceso. No te comprometes con una técnica sino con un camino.


“… deja de buscar flores por todos lados y crea un jardín en tu propia casa”.
Rumi


Autor: Danielo Bagárñez

Acariciador De Neuronas, Formador De Conciencias, Agitador De Mentes...Y Humilde Rescatador De Almas... Talento pedagógico en el arte de romper estereotipos, paradigmas y creencias que limitan las capacidades extraordinarias del ser humano, a través del viaje de descubrimiento de la verdadera originalidad del SER.

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